miércoles, 26 de enero de 2011

Más por ellas.

Un golpe por cada recuerdo que no logre olvidar. Uno, tras otro al hablar contigo, y ver como el pasado se asoma pero no volverá. Las manecillas del reloj se movían lentamente mientras esperábamos que entraras en razón y retrocedieras. No sucedió, cada vez estabas más lejos, hasta casi desaparecer. No te echo de menos, ya no, porque al pensar en ti en mi cabeza solo puedo ver a una de ellas con sus ojos llenos de tristeza, necesitando abrazos que esconden contra mi hombro sus lagrimas, y a la otra llena de furia para esconder que ella también se muere por llorar. Ya no te echo de menos, ya no, tu fuiste importante pero ellas lo son, y sus golpes por ti me duelen el doble que los que yo sufri.

domingo, 23 de enero de 2011

No solemos correr detrás de lo que es mejor.

Lo que queremos nos lleva por caminos erróneos en los que solemos someternos a nosotros mismos. En ellos comprobamos que somos capaces de todo por llegar a nuestro propósito, nos deja de importar lo que hacemos si con ello conseguimos aunque sea una mínima parte, dejamos de tener un limite donde parar o al menos nos encontramos lejos de alcanzarlo, porque cuando creemos que ya no soportamos la situación nos vemos a nosotros mismos de nuevo a contracorriente para conseguir aquello que anhelamos. Pero a lo largo de ese camino aun hay momentos de lucidez, en los que te das cuenta que corres a ciegas en un campo lleno de minas y que la mayoría están explotando a tus pies y es entonces cuando te planteas escoger el otro camino, el adecuado. El que no quieres, pero que sabes que a larga es el único que realmente hará que abandones esa maldita manía de dejar que te bombardeen y que tu mismo lo hagas. Eliges, cambias tu rumbo, y por unas milésimas de segundo sientes tranquilidad y sabes que hiciste lo que debías. Guarda ese momento para siempre, apoyate en él, porque después solo querrás retroceder y seguramente harás todo lo posible para hacerlo.

martes, 18 de enero de 2011

Esperanzas de un títere.


La lluvia resbalando ligeramente sobre mi cuerpo, poco a poco calaba mi ropa y me quedaba totalmente empapada, pude sentir tantas veces esa misma sensación que he perdido la cuenta. Tiene como efecto convertirme en un títere en medio de ella, dominado por su fuerza, como si fuera la dueña de mis hilos y pudiera hacer cuanto quisiera conmigo, débil ante su dominio. En ocasiones se transformo en tormentas que me ahogaron, dejándome herida e irónicamente vaciá, rodeada de agua que reflejaba recuerdos con los que me retorcía de dolor por nostalgia. Pero también hubo ocasiones en las que se convirtió en dulces gotas que acariciaron mi piel con ternura. Se podría decir que la balanza estaba equilibrada, en cambio la realidad es que la suavidad de las gotas recompensaba cada una de las heridas de la tormenta anterior y parte de la que estaba por venir tras ese periodo de calma. Y por ello me mantenía en la misma posición, tirada en la calle bajo la lluvia, fijada por aquellos hilos, con miedo a que algún día se rompiesen, en espera de que volviera la calma y con la esperanza de que esta vez la tormenta no acabara conmigo y todas las heridas fueran de nuevo recompensadas. "Quizás algún día se terminen las tormentas", pensaba aquel pobre títere.

lunes, 17 de enero de 2011

Insuficiente.

Le quiero mucho más de lo que pueda llegar a imaginarse, de lo que nadie sera capaz de entender nunca por mis malditas manías, por que soy incapaz de quererle lo suficiente. Pero sin duda después de tanto tiempo lo que más me gusta es que al escuchar su nombre lo único que me viene a la cabeza son tres recuerdos, y en los tres me tenia abrazada para protegerme del frió.

jueves, 13 de enero de 2011

Los corazones (vagabundos).

Miles de corazones abandonados en las calles. Caminando solos en busca de aquello de lo que carecen, eso que algunos llaman amor. Hambrientos de ternura, deambulan de bar en bar algunas noches mendigando cariño. Muchos se conforman con malas falsificaciones que les recuerda los besos que en un pasado descuidaron y ahora se arrepienten de haber perdido. Las calles están llenas de suicidas, individuos que se tiran al vació por un corazón, corazones que no les quieren, para los que solo son un pasatiempo, hasta que encuentren un corazón adecuado al que amar de verdad.

miércoles, 12 de enero de 2011

Enrique Rojas.

Para despedirse del año el psicólogo Enrique Rojas publicó en el “Mundo” un articulo, que nos invita a vivir el nuevo año dejando el pasado atrás,superando nuestras heridas y luchando por lo que queremos, en lugar de deprimirnos por que alguna vez fuimos derrotados.

“La vida es como un bumerán: movimientos de ida y vuelta. Lo que siembras, recoges. La vida es un resultado, y a la larga sale lo que hemos ido haciendo con ella. Lo importante es que no pasen los años tirando de la existencia sino que sepamos llenarla de un contenido que merezca la pena y que se inserte dentro del programa personal que cada uno debe ir trazando. Lo importante no es vivir muchos años, lo esencial es vivirlos satisfactoriamente, con el alma. La vida es plena si está llena de amor y uno consigue poseerse a si mismo. Ser dueño de uno mismo es pilotar de forma adecuada la travesía que uno ha ido escogiendo, procurando ser fiel a uno mismo y a sus principios.”


(Esto solo es una parte, vale la pena leerlo entero.)
http://www.almendron.com/tribuna/32798/la-lucidez-del-perdedor/

martes, 11 de enero de 2011

Fue sin querer, que te besó y pensaste en mi.

Alocada, pero segura..


Aires de lejanía que esconden una sonrisa encantadora, piel blanca y sus ojos siempre maquillados de forma difuminada. Su apariencia te presenta una personalidad fuerte que pocas personas incomodaran con comentarios, muestra que solo ella manda en su mundo, pero si te da la oportunidad de conocerla podrás ver que sus muros los puedes echar abajo fácilmente y detrás de ellos hay una joven delicada que como todos necesita algo de cariño de vez en cuando. Pequeños detalles que le hacen especial como la forma en la que se alisa el pelo sin quitarse esa forma ondulada de su melena rizada , del color del oro. Su fin, vivir, dejarte llevar por tu alrededor, no pensar en un futuro que aun no existe sino en el presente que tienes delante, olvidarte de los planes y pensar en lo que quieres aquí y ahora, y hacerlo. Su vicios, sentir la sensación del agua recorriendo su cuerpo, captar el verdadero lado de las personas a través de la fotografiá. Ella, tan especial, la que no quiere gastar ni un segundo de su tiempo, con la que recorro la ciudad en coche en días de lluvia mientras hablamos del sentido de las cosas. Ella que me esta leyendo ahora mismo y debería odiarse aunque sea un poquito porque la estoy echando de menos, y odia a las personas que echo de menos.